Hola chicos de 4 Año CONTINUACION DEL CUENTO




Continuamos con el cuento de Horacio Quiroga


 a tiempo que comenzaban a caer frías
gotas de lluvia.
—¡Ay, mi Dios! —clamó la desamparada—.
Va a llover, y me voy a morir de frío.
Y tentó entrar en la colmena.
Pero de nuevo le cerraron el paso.
—¡Perdón!—gimió la abeja—. ¡Déjenme en-
trar!
—Ya es tarde—le respondieron.
—¡Por favor, hermanas! ¡Tengo sueño!
—Es más tarde aún.
—¡Compañeras, por piedad! ¡Tengo frío!
—Imposible.
—¡Por última vez! ¡Me voy a morir! Entonces le dijeron:
—No, no morirás. Aprenderás en una sola
noche lo que es el descanso ganado con el trabajo. Vete.
Y la echaron.
Entonces, temblando de frío, con las alas mojadas y tropezando, la abeja se arrastró, se arrastró hasta que de pronto rodó por un agujero; cayó rodando, mejor dicho, al fondo de una caverna.
Creyó que no iba a concluir nunca de bajar.
Al fin llegó al fondo, y se halló bruscamente
ante una víbora, una culebra verde de lomo
color ladrillo, que la miraba enroscada y presta a lanzarse sobre ella.
En verdad, aquella caverna era el hueco de un arbol que habían trasplantado hacía tiempo, y que la culebra había elegido de guarida.
Las culebras comen abejas, que les gustan
mucho. Por esto la abejita, al encontrarse ante su enemiga, murmuró cerrando los ojos:
—¡Adiós mi vida! Esta es la última hora que
yo veo la luz.
Pero con gran sorpresa suya, la culebra no solamente no la devoró sino que le dijo:
—¿Qué tal, abejita? No has de ser muy trabajadora para estar aquí a estas horas.
Es cierto —murmuró la abejita—. No trabajo,y yo tengo la culpa —Siendo así —agregó la culebra, burlona—,
voy a quitar del mundo a un mal bicho como tú. Te voy a comer, abeja.
La abeja, temblando, exclamó entonces:
—¡No es justo eso, no es justo! No es justo
que usted me coma porque es más fuerte que yo. Los hombres saben lo que es justicia.
—¡Ah, ah! —exclamó la culebra, enroscándose ligero—. ¿Tú conoces bien a los hombres?
¿Tú crees que los hombres que les quitan la
miel a ustedes, son más justos, grandísima tonta?
—No, no es por eso que nos quitan la miel —respondió la abeja.
—¿Y por qué, entonces?
—Porque son más inteligentes.
Así dijo la abejita. Pero la culebra se echo a
reír, exclamando:
—¡Bueno! Con justicia o sin ella, te voy a co-
mer; apróntate.
Y se echo atrás, para lanzarse sobre la abeja.


Ya falta poquito lo vamos terminando...contame en comentarios como te parece que terminará este cuento y porque se llama así,dale espero tus comentarios

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